Defiende que la rentabilidad, como único criterio de viabilidad empresarial, es una visión que ha muerto

En su opinión la sociedad tiene que tomar consciencia de la importancia de su papel para cambiar las cosas: “Empezando por votar mejor”.

Juan Verde nació en Telde, el segundo municipio más poblado de la insular española Gran Canaria. Hoy es uno de los 25 miembros del principal comité asesor sobre comercio internacional de Joe Biden y del Gobierno de Estados Unidos. Desde su licenciatura “cum laude” en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad de Boston, hasta su trabajo de asesor y colaborador de grandes empresas y de los principales lideres demócratas americanos: Barack Obama, Bill Clinton, Hillary Clinton, Al Gore, Ted Kennedy, John Kerry y, ahora, Joe Biden; existe un recorrido vital realizado no sin esfuerzo y sacrificio personal; formación complementaria – Máster en Administración Pública de Harvard y estudios en Georgetown y la prestigiosa Tufts University-;  y tres propósitos claros: “sentir pasión por lo que se hace; asumir riesgos sin miedo al fracaso; e intentar devolver al mundo, y a la comunidad donde vives, todo lo que puedas de cuanto has recibido”.

No se cuál de los tres propósitos, o tal vez los tres, le han permitido mantener una mirada soñadora, una actitud verdaderamente empática hacia sus interlocutores y un hablar reflexivo pero convincente y seguro, después de los años tan cercanos al poder político de una de las principales potencias mundiales.

Juan Verde tiene tres propósitos vitales: “sentir pasión por lo que se hace; asumir riesgos sin miedo al fracaso; e intentar devolver al mundo, y a la comunidad donde vives, todo lo que puedas de cuanto has recibido”.

Cree firmemente en el “sueño americano” -con su historia vital no podría ser de otra forma- “creo en la meritocracia que supone trabajo, sacrificio y un poco de suerte, aunque la suerte, para que sea efectiva, tiene que encontrarte trabajando” y rechaza sin ambages la existencia de un destino inevitable “siempre estamos a tiempo de cambiar las cosas”.  Tal vez por eso, uno de sus objetivos ha sido siempre la promoción e implementación de estrategias y proyectos basados en el modelo de economía sostenible, “tenemos que entender, como sociedad, que se puede reducir nuestro impacto ambiental, y, al mismo tiempo, aumentar los beneficios económicos y sociales”.

Economía sostenible y consumo

Juan Verde no comparte la tendencia que equipara economía sostenible con la reducción de consumo, “de lo que se trata, realmente, es que seamos capaces de compensar el daño que ese consumo puede generar al planeta. Hay que aplicar otro enfoque. Como defendía Barack Obama, las empresas tienen que entender que es mejor ganar dinero durante mucho tiempo, que ganar mucho dinero en el corto plazo. La rentabilidad cómo único criterio de viabilidad empresarial es una visión que ha muerto. A la rentabilidad hay que sumar criterios como el bienestar de las personas, de los empleados, de los clientes y del planeta. Porque sin planeta no hay economía. Bueno, en realidad, el planeta sobrevivirá mucho tiempo, pero si no cambiamos nuestras actitudes, los que no sobreviviremos seremos nosotros”.

Y ahora parece ser el momento: “La economía, y las empresas en particular, tienen una gran oportunidad para hacer las cosas bien porque los ciudadanos son plenamente conscientes del cambio climático y de sus consecuencias”. Juan Verde aporta estudios de mercado y porcentajes: un 92% de los consumidores, a igualdad de precio y calidad, opta por los productos de empresas climáticamente responsables “pero es que un 60% de esos consumidores estarían dispuestos a pagar un 10 por ciento más por los productos sostenibles. Y eso es una oportunidad evidente para hacer las cosas bien”.

Entre todos

Es más, Juan Verde considera que la sociedad civil tiene que tomar consciencia de la importancia de su papel para cambiar las cosas: “Empezando por votar mejor. Debe apostar por aquellos que se alejan de los populismos y apuestan por tomar decisiones, aunque sean difíciles e impopulares”, en una clara referencia a los resultados de los procesos electorales en diversos países latinoamericanos en los últimos años, y “tiene que comprar mejor, centrando su consumo en aquellos productos y servicios que se comprometen con el medioambiente. La población lo sabe, pero tiene que reaccionar, porque la responsabilidad es de todos nosotros.”

La sociedad civil tiene que tomar consciencia de la importancia de su papel para cambiar las cosas: “Empezando por votar mejor”.

Porque defiende que sólo la colaboración entre ciudadanos y Administración, y entre los gobiernos de todo el mundo es la fórmula “mágica” para paliar las consecuencias del cambio climático “lo hemos demostrado con anterioridad. Hace unos años se prohibieron los aerosoles que afectaban la capa de ozono y hemos conseguido revertir la situación. Si existe colaboración mundial, voluntad política y aplicamos una visión largoplacista, también conseguiremos avances en relación con el cambio climático.”

La gran oportunidad y el Seguro

El asesor económico del gobierno americano asegura que Latinoamérica en general, y México en particular, tienen una oportunidad magnífica para su desarrollo gracias al “nearshoring” que ha despertado la pandemia de la Covid, pero también al nuevo orden mundial que se dibuja. “Nos encontramos en una coyuntura única, extremadamente polarizada, similar a la “guerra fría”, que tiene como protagonistas a EE.UU. y la China y eso genera nuevas reglas que hay que aprender. EE.UU. está aplicando ventajas fiscales a las empresas que reubiquen su producción en países cercanos, especialmente en Latinoamérica, para limitar su dependencia de las producciones chinas -el 92 % de los antibióticos que se consumen en EE.UU. se producen en China- y eso es una oportunidad única para Latinoamérica. En México el “nearshoring” ha crecido en los últimos años un 60%, especialmente en aquellas actividades relacionadas con el sector sanitario, la alimentación -fertilizantes-, minerales críticos y tierras raras”.

No obstante, Juan Verde cree que los países latinoamericanos tienen que superar algunos déficits estructurales para poder crecer con el desarrollo industrial que está impulsando el Gobierno de EE. UU. “especialmente en educación, infraestructuras, desigualdad social, seguridad jurídica, fortalecimiento de las instituciones independientes y concienciación democrática. Es necesario andar lejos y rápido, no hay otra forma.”

“Es cierto que el cálculo del riesgo en materia de cambio climático es un reto para el sector asegurador, pero el sector asegurador es el que mejor conoce a su cliente, cuáles son sus necesidades en cada momento”

¿Y, la industria del Seguro en Latinoamérica, tiene las mismas oportunidades? Hay que preguntárselo porque además de los problemas estructurales tiene que afrontar las dificultades del cálculo de riesgo ante los erráticos desastres naturales que el cambio climático está haciendo más recurrentes. “Es cierto que el cálculo del riesgo en materia de cambio climático es un reto para el sector asegurador, pero el sector asegurador es el que mejor conoce a su cliente, cuáles son sus necesidades en cada momento y tiene que encontrar la fórmula más acertada para ofrecer una póliza que cubra aquello que más necesita. Es necesario caminar hacia los productos de cobertura personal que se adapten a lo que el cliente necesita, y cuando lo necesita. La sociedad tiene que reconocer el papel social que el seguro realiza porque ofrece resiliencia a aquello que más necesita.”

Un verdadero reto para el que la tecnología debe ser una colaboradora imprescindible, aunque su incorporación a la industria aseguradora registra velocidades e impactos muy diversos “es cierto, pero el sector financiero y asegurador de Latinoamérica son empresas que están acostumbradas a trabajar con datos, a analizarlos, y se está adaptando al cambio tecnológico. En realidad, el sector financiero siempre ha estado a la vanguardia en estos campos. Su problema es el marco legislativo que en demasiadas ocasiones pone límites al uso de eso datos y causan daño a la industria.”

Los líderes del futuro

Juan Verde es presidente y fundador de Alamo Solutions, una consultora boutique de estrategias de negocios especializada en apoyar y conectar a empresas, instituciones, organizaciones sin ánimo de lucro y gobiernos a oportunidades exclusivas y socios. Se fundó en 2004 con el objetivo de crear puentes de colaboración entre América y Europa basados en la idea que la inversión sostenible es la clave del futuro. También preside la Fundación Advanced Leadership, una organización internacional sin fines de lucro con sede en EE. UU. que fomenta y desarrolla las habilidades de futuros líderes empresariales, políticos y sociales que, actualmente, cuenta con oficinas en España y Argentina, y que ha capacitado a más de once mil líderes de todo el mundo. Esos motores de “cambio” que según Juan Verde “tienen que ser, además, resolutivos. Muchos son capaces de diagnosticar los problemas, pero son pocos los que se ponen al frente para encontrar y aplicar soluciones a esos problemas. De la misma manera deben contar con una alta dosis de empatía, saber escuchar y ponerse en el papel del otro, para generar confianza. Y deben practicar una comunicación efectiva, hablar de forma clara para que se entiendan sus mensajes y hacer evidente su ilusión por alcanzar un mundo mejor. Finalmente deben actuar con propósito, con la voluntad de devolver a la sociedad parte de aquello bueno que le ha dado.” Si se fijan, los propósitos que Juan Verde asegura han orientado su propia experiencia vital.

Participación en México

Juan Verde será uno de los ponentes de la VIII Cumbre Iberoamericana del Seguro que se desarrollará en México el 18 y 19 de octubre de este año. Su ponencia está prevista para el jueves, 19 de octubre, en el Auditorio Nacional Campo Marte y tiene como título “Por qué el cambio climático es una gran oportunidad para el Seguro en Latinoamérica”. No se la pierdan.

 

Anna Muñoz