La experiencia es uno de los valores añadidos de Alejandro Melamed. Es capaz de ilustrar sus afirmaciones con un ejemplo personal. Recientemente, tuvo que darse de alta como proveedor de una de las empresas tecnológicas más importantes del mundo y ello le conllevó rellenar un formulario en el que le pedían, además de muchos otros datos, un número de fax, “y ni siquiera tengo teléfono de línea”. Como no rellenó esa información, le devolvieron el formulario con la excusa de que estaba incompleto. La indicación que recibió fue que se inventara un número y así podría continuar el proceso. “Cuando se lo comenté al gerente de la empresa, se sorprendió. Y es que la innovación tiene que darse en todos los departamentos, en todos los niveles, en todas las experiencias humanas relacionadas con la empresa. Pretenden cambiar el mundo con su tecnología, pero en pleno siglo XXI aún les pasan cosas como ésta en su organización.”
Tecnología y talento
¿Cuál es el talento que los departamentos de Recursos Humanos buscan hoy en el mercado, y cuál será dentro de diez años?
– “Hoy, y dentro de 10 años, será lo mismo. El talento que se busca es aquel que pone en marcha la estrategia. La mejor estrategia, sin las personas adecuadas, es solamente la expresión de un deseo. Una persona con talento es aquella que tiene la capacidad extra de ver un poco más allá, que es capaz de generar impacto en cada interacción. El talento son aquellas personas que, el día que dicen que se van, todos lloramos.
Lo verdaderamente importante es preguntarse para qué utilizamos el talento. Hoy, en muchas empresas, las personas reparten su tiempo entre hacer PowerPoints -poniendo el loguito en su sitio-, respondiendo mails en los que están copiadas ochocientas personas, realizando plantillas de Excel y asistiendo a reuniones. Y ¿cuándo planifican?, ¿cuándo piensan? Lo que hacen muchas personas que no ejercen su talento lo va a hacer la inteligencia artificial o la tecnología de cada momento.”-
Precisamente, ¿qué va a hacer la sociedad con los millones de personas que se verán expulsadas del mundo laboral con la implementación de la tecnología y el desarrollo de la inteligencia artificial?
– “Cuando se analiza que sucedió en las revoluciones industriales, siempre hubo ese temor, pero en cada revolución industrial se generaron más trabajos que los que se eliminaron. La actual tiene una particularidad: quienes tienen los mejores trabajos, cada vez tienen más trabajos, y quienes tienen los trabajos más precarizados, cada vez tienen menos trabajos a los que optar. Eso plantea un desafío enorme que empresas, Estado y sociedad civil -el llamado triángulo de oro- tienen que enfrentar conjuntamente. Hay que generar soluciones educativas superadoras para tratar de reinsertar a estas personas en el mercado laboral y que así puedan optar a la infinidad de trabajos nuevos que se generarán. Aunque ello implicará una inversión muy importante. La buena noticia es que muchas de las capacidades que se requieren en el nuevo mercado laboral se adquiere más rápidamente.”
Una cultura empresarial no se copia, no se compra; una cultura, cómo dice la propia palabra, se cultiva. Y ahí juega un papel fundamental los liderazgos.”
El trabajo del Futuro
Parece lógico que un consultor en Recursos Humanos y liderazgo haya imaginado el futuro del trabajo. Un futuro que los profanos dibujamos lleno de robots y máquinas que parecen trabajar solas, dirigidas por una inteligencia artificial.
– “Lo único evidente es: a mayor crecimiento de las tecnologías, mayor valor de lo humano. Obviamente un robot no se estresa, no toma vacaciones, no pide licencias; pero no tiene emociones, no tiene sentimientos, no tiene empatía, ni compasión, ni pasión. La inteligencia artificial no tiene ética, no tiene conciencia, ni sentido común. La inteligencia artificial ejecuta cosas. Cosas que los seres humanos diseñan, incluyendo en ese diseño sus propios sesgos. Tendrán que ser humanos los que eliminen esos sesgos del proceso, los que tendrán que poner mucho sentido ético para que la tecnología se utilice de forma correcta. El trabajo del futuro estará en lo que nosotros agregaremos a la tecnología y lo más desafiante es que eso, precisamente, cambia con el tiempo, por lo que tendremos que reinventarnos todo el tiempo. Estamos en la era del trabajo en equipo del talento humano con la inteligencia artificial. Lo que se denomina inteligencia aumentada, que es la inteligencia auténtica, la humana más la inteligencia artificial. No es una o la otra, es una con la otra.”-
Y ese trabajo del Futuro, ¿qué desafíos plantea a las empresas, organizaciones y a sus líderes?
– “Tienen dos grandes desafíos. Uno, generar capacidades que transciendan la persona de turno. Tienen que encontrar respuestas a preguntas cómo: ¿tu organización está preparada para responder ante los contextos cambiantes que se van a generar? El otro es cómo generan cultura empresarial. Una cultura no se copia, no se compra; una cultura, cómo dice la propia palabra, se cultiva. Y ahí juegan un papel fundamental los liderazgos. Lo que los líderes creen, se manifiesta a través de sus comportamientos. Esos comportamientos son los que generan la cultura empresarial, y la cultura impulsa el clima, y el clima termina generando el compromiso de las personas. Si los líderes no creen, es todo humo y es lo que pasa en muchas empresas. Yo creo que las compañías tienen que trabajar con coraje y valentía. Coraje viene de corazón y valentía viene de valores. Esa es la clave.”-
Pero, esa teoría, ¿cómo se traduce en práctica diaria?
– “Creo que lo que explico es muy simple, pero no fácil. Otra manera de expresarlo sería que tenemos que pasar de un equipo de estrellas a un equipo estelar. Hoy las empresas creativas punteras son las que permiten a cada persona ser como es. Eso es diversidad, eso es inclusión, eso es innovación. Y claro que deben tener criterios de responsabilidad, autocontrol, de trabajo en equipo, y estar comprometidos al ciento por ciento, siempre.”-
“En la era del Chat GPT, no sería más importante enseñar a preguntar que a responder?”
Enseñar a preguntar
Valentía, coraje, capacidad para reinventarse de forma continua, estar dispuesto a aprender siempre, ser uno mismo, comprometerse al cien por cien y todo el tiempo, actuar con ética, tener valores, ser consciente de que el trabajo en equipo supone ganar cuando ganan todos son los “soft skills” que el Alejandro Melamed de Recursos Humanos buscaría a la hora de seleccionar personal para el trabajo del futuro, pero ¿los sistemas educativos actuales, en los que usted tiene también amplia experiencia, forman para alcanzar ese perfil?
– “Yo no soy experto en educación, pero soy docente universitario y creo que hay que repensar el sistema educativo universitario. Hoy es un sistema del Siglo XIX, con docentes del Siglo XX, para alumnos del Siglo XXI y para necesidades de un Siglo XXI avanzado, con lo cual estamos a una distancia enorme. ¿En la era del Chat GPT no sería más importante enseñar a preguntar que a responder? En las universidades no se estudia para aprender, se estudia para aprobar los exámenes. En las universidades habría que aprender a aprender. Y eso es un enorme desafío. Se tendrían que enseñar temas de liderazgo, de comunicación, de influencia, de negociación, de trabajo en equipo, de agilidad, de pensamiento crítico. Tal vez, no sé, el futuro de las universidades es que formen parte del trabajo, como en la vieja época en la que el maestro enseñaba al aprendiz…”
Sí, señor Melamed, me ha quedado muy claro, lo que explica es sencillo, pero no fácil.