Es un honor y un orgullo para mí, como directora de la VII Cumbre Iberoamericana del Seguro, participar de la mesa de diálogo “El desafío del seguro: Ética, equidad y diversidad”, junto a Soledad Mastragostino, Marianne Delgado, y Andrea Signorino.

El hecho de que esta cumbre se realice en Uruguay con la participación de Argentina representa, sin dudas, uno de los hitos más importantes de la industria, no sólo para nuestras naciones sino, también, para toda Latinoamérica. A medida que avanza la tecnología, la industria de seguros en la región experimenta un crecimiento sostenido impulsado por la digitalización, la expansión de productos y la adopción de soluciones de insurtech para mejorar la experiencia del cliente.

El hecho de que esta cumbre se realice en Uruguay con la participación de Argentina representa, sin dudas, uno de los hitos más importantes de la industria, no sólo para nuestras naciones sino, también, para toda Latinoamérica.

Es en este marco que abordar la coexistencia de la sustentabilidad, la tecnología y la humanidad, resulta fundamental. En mi opinión, como directiva de seguros con más de 27 años de experiencia en el sector, este crecimiento y este avance, no tiene sentido alguno si el foco no está puesto en las personas y en la sostenibilidad en el largo plazo, con énfasis en el cuidado y el respeto por el planeta que habitamos. De eso se trata la Agenda 2030 de la ONU, que inspira el actuar de La Alianza del Seguro.

La inteligencia artificial, la robotización de procesos, el internet de las cosas y la big data, entre otras, como todo lo nuevo, genera incertidumbre y pone en la lupa aquello establecido desde antaño. Lejos de temer a este avance de la tecnología, debemos aprovechar la oportunidad para encausar sus beneficios no sólo al rédito económico y al retorno de la inversión, sino también -y principalmente- a la mejora de las condiciones de vida de todas las personas.

Lejos de temer a este avance de la tecnología, debemos aprovechar la oportunidad para encausar sus beneficios no sólo al rédito económico, sino también -y principalmente- a la mejora de las condiciones de vida de todas las personas.

De eso se trata nuestra industria y de eso siempre se ha tratado: el sentido solidario del seguro es la base de la cooperación y el apoyo mutuo dentro de una comunidad de asegurados, brindando protección y tranquilidad en situaciones de riesgo e incertidumbre.

Volviendo a nuestra mesa de diálogo, nuestro disparador será la pregunta acerca del triple impacto y si es posible. ¡Advertencia, spoiler! Si, yo soy una fiel creyente que lo es. Con compromiso, colaboración y empatía, políticas e iniciativas que redunden en beneficios económicos, contribuyan positivamente al bienestar social y cuiden el medio ambiente son posibles. Y, además, deben ser la meta de cualquier organización, pública, privada o del tercer sector.

Lo lógico: requieren de un esfuerzo, un trabajo constante y, sobre todo, del debate entre todos los actores que conformamos la sociedad. Se trata nada más y nada menos, que de una construcción colectiva que supere mezquindades y oportunismos. Se trata de ver, entre todos y todas, como es que podemos vivir mejor.

A ese debate quiero invitarlos. A que se sumen y sumen su voz este 4 y 5 de octubre en Montevideo para repensar, en comunidad, el futuro del seguro, en un marco de igualdad, inclusión y diversidad.

Myriam Clérici, directora de la VII Cumbre Iberoamericana del Seguro. Presidenta del Sello de Igualdad de América Latina.